Tu secreto

Este país está muy mal. Los chilenos son, en su mayoría, unos falsos e inmorales. Esto no es un comentario hecho en base a apreciaciones subjetivas, sino que después de revisar el sitio tusecreto.cl, el lugar en donde existen 13.475 secretos de chilenos anónimos publicados. SIGA LEYENDO

Pasa algo muy extraño cuando se forma una comunidad de este tipo. La gente debe sentir algún tipo de catarsis al publicar sus secretos de manera anónima en Internet. Al encontrar que existen compatriotas a los que les pasan cosas similares o peores, el chileno se abre y demuestra su verdadera hilacha. Cerca de un 80% de los mensajes publicados tienen que ver con sexo e infidelidades, independiente del género y rango de edad. El habitante de esta angosta faja de territorio con forma inequívocamente fálica es caliente, como todo el mundo no más, sólo que no lo demuestra en público.

Aparte de los engaños y escándalos carnales, uno queda, después de visitar la página, con una sensación de tristeza y desesperación. Tanto y tanta amante, tanto intento de suicidio, críticas contra el lugar de trabajo y la profesión elegida, contra las micros, Santiago y lo gris del país. Los chilenos guardan en su fuero interno un odio profundo por su vida en esta sociedad. Lo peor es que hacen poco por cambiarla y continúan con sus inmoralidades.

Quiero rescatar esos pocos comentarios positivos, bien escritos, críticos (con buenos argumentos) y honestos. Los administradores de la página reciben cerca de cuatro veces más mensajes de los que efectivamente se publican, la mayoría de ellos de dudoso origen o mal escritos, lo que los obliga a aplicar un filtro. Me gustan esos intentos por mostrar las cosas simples de la vida que, bien encaminadas, son la piedra angular de una vida virtuosa en pro de una mejor sociedad.
Por ejemplo:

Mujer, 18-25 años
No sé si a alguien más le pasa esto, pero me carga,
me apesta realmente hablar en las micros...No sé que onda, pero no puedo, ni
siquiera fingir... me pone de mal humor que alguien me hable mientras voy en la
micro, inclusive con mi pololo me pasa... él ya sabe, pero a veces se olvida, y
lo miro con una carita de "por favor, callate, no seas odioso"... lo más
chistoso es que me pide disculpas... tan lindo él...Eso era... tengo hartas manías más... secretas, porque son tan estúpidas que a veces da vergúenza contarlas...Por ejemplo, me carga sacar hojas de cuaderno y dejar esas partecitas que quedan entre los espirales, no lo aguanto, no puedo ver un cuaderno con los espirales llenos de papelitos...¿Qué más?... siento placer cuando me toco bien suavecito la cabeza, y encuentro esas pelotitas de caspa en el cuero cabelludo, es tan relajante...Que gracioso, a veces los secretos más sanitos y medios locos son los más entretenidos...También me carga la gente que escribe a lo chat... yo no podría, me cuesta mucho, pero mucho...es como empezar una oración sin mayúscula, o escribir todo de corrido ,¿acaso hay gente que no conoce la puntuación?.Y por último (porque esto ya se hace largo) existen diferencias entre el "hay" de haber, el "ahí" de lugar y el "ay" de exclamación... en serio, sean más cuidadosos.(Lo sé, lo sé, soy una tonta grave, pero hay más como yo, así que me siento apoyada...)Un saludo para todos los que se rien como yo con esta página adictiva.

Es bueno ser crítico con los demás y uno mismo. Lo malo es ser como el cura Gatica. En Chile, país pseudo-católico, gato-jaguar y ubicado en el limbo entre tercer mundo y el desarrollo, lo que más hay son personas temerosas de dar el salto moral que significa aplicar lo que se promueve. Pienso que es peor ser lo que somos actualmente a ser una sociedad asumida como subdesarrollada, ya que esta condición implica estar consciente de las debilidades y falencias propias, lo que aclara el panorama a mejorar.

Leer tusecreto.cl es revisar el mejor barómetro de la sociedad chilena. Ningún foro es más honesto que el anónimo, ya que no existe temor a desprestigiar la identidad social. A lo mejor si no nos fijáramos tanto en el background de las personas, si no nos juzgáramos tanto en público ni nos cotizáramos por el lugar de donde venimos o donde estudiamos, podríamos apreciar mejor su verdadero valor y su aporte para el futuro. Tenemos que confiar en que la gente puede cambiar para bien y que juntos podemos aprender mucho. Tenemos que construir una sociedad consecuente con aquellos principios que nos sean útiles a todos: no caer en los excesos de la beatería fácil, obsesiva e injustificada, ni del individualismo hedonista.

El camino parte en cada uno y la máxima más útil es:

"No hagas lo que no te gusta que te hagan"