La gran polémica de internet: lonelygirl15

Leyendo el LA Times el fin de semana, me pude informar acerca de la gran polémica sucitada en internet a raíz de la aparición en YouTube de unos videos atribuidos a una joven que se hace llamar lonelygirl15. Comenzó a postear en el videoblog hace unos 5 meses. Al principio era uno más dentro de los millones que existen. Sin embargo, con el tiempo fue adquiriendo fieles seguidores, principalmente por sus temáticas extravagantes acerca de religión y sexo.

La joven se hace llamar Bree, dice tener 16 años y que pasó parte de su infancia en Nueva Zelandia. Además, señala pertenecer a una extraña secta religiosa, en virtud de la cual asegura tendrá en el futuro una experiencia especial que le implica, entre otras cosas, hacer una extricta dieta. Tiene un amigo, el cual sale en algunos de sus videos, con el que asegura no tener una relación sentimental.

La cosa se puso buena cuando alguien publicó que Bree era una actriz contratada por una agencia para promocionar una película de terror. El username habría sido trackeado y aparecía que los mails enviados provenían de una agencia de talentos de Beverly Hills, Creative Artists Agency. El copyright del nombre lonelygirl15 fue registrado por un abogado de Encino relacionado con una película de terror.

De inmediato, miles de personas declararon conocer la verdadera identidad de la joven. En la actualidad hay más video blogs que intentan desenmascarar a Bree que los originales. También se han creado numerorsos sitios web de discusión al respecto, al modo de Lost.

Da lo mismo si lonelygirl15 es una jovencita californiana o si es una actriz, lo que está claro es que internet se ha convertido en un lugar obsesivo y misterioso. Como para cuidarse de sus potencialidades negativas.

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Oscuro presente del periodismo chileno: insuficiencia de la autorregulación

Con pesar debo reconocer que el presente del periodismo nacional es oscuro. Las faltas a las exigencias mínimas para conformar un periodismo informativo han pasado a formar parte del estándar. Me refiero a faltas éticas flagrantes. Tanto la comunidad como el gremio hemos validado este incorrecto actuar mediante el silencio. Los fallos del Tribunal de Etica de la ANP pasan sin causar escozor ni eco. Con el silencio, validamos.

Autores como Desantes y Aznar propusieron la autorregulación como la forma de propender a un periodismo ético e informativo. No me cabe duda que el impulso que los movió fue el más noble, siempre teniendo como faro al bien común. Sin embargo, los hechos han demostrado que pecaron de ingenuidad. Los dictámenes de los tribunales deontológicos, al no ser vinculantes, fallan en su intento por enmendar la conducta viciada y por reparar el daño hecho.

Existe consenso respecto a calificar a los códigos de ética periodística como el mínimo para que exista un periodismo que informe. Cualquier falta a estas máximas supone automáticamente la publicación de un producto desinformativo. Resulta de bien común el regular coactivamente el correcto ejercicio de la profesión. Dotar a las normas deontológicas de carácter legal es una obligación social. La comunidad tiene todo el derecho a obligarnos a que su necesidad de contar con información de relevancia quede correctamente satisfecha.

Si hemos voluntariamente decidido trabajar en pro de la información, no debemos caer en el error de confundir la libertad de expresión con una libertad de información. Esto último no existe, lo que hay es un derecho a la información que se satisface a través de la libertad de expresión. Lo que la gente exige de nosotros es información, no desinformación. Si aceptamos trabajar voluntariamente en pro de la satisfacción de este derecho de la comunidad, no es una atadura el aceptar que cualquier trabajo que no logre ser informativo sea considerado ilegal.

Para cerrar quiero citar un ejemplo que está de moda. Me refiero al uso de cámaras ocultas. Nadie puede argumentar que el uso de estás técnicas no atenta contra la dignidad del sorprendido. Tan sólo por este hecho, un reportaje de esta naturaleza es desinformativo. Algunos periodistas prostituyen el nombre del bien común para argumentar que estas técnicas son válidas en casos excepcionales. Se refieren a los casos en que la dignidad del individuo sorprendido in fraganti es bypaseada para lograr el castigo del delito y cuando no hay otra forma de probar el ilícito. A ellos habría que recordarles que el bien común no es necesariamente el de la mayoría. Esto sería una concepción utilitarista del término. Espero que no tengamos que llegar efectivamente a circunscribir legalmente nuestra profesión. Nuestros pecados, sin embargo, nos llevan a lo contrario. Las audiencias no son tontas y comenzarán a reprendernos y a despojarnos de nuestra investidura periódística.

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Don Francisco

Mario Kreutzberger es una figura poderosa. Tanto dentro como fuera de los estudios, ejerce el control de las situaciones e impone su ritmo y temáticas. Esto puede parecer arrogante y autoritario. Sin embargo, los que hemos podido ver su desempeño profesional en vivo tenemos que aceptar que esta conducta es justificada y positiva.

No es misterio que Don Francisco es una persona altamente preparada para ejercer la conducción de programas. En "Quien Merece Ser Millonario", lo pude observar de cerca. Me fijé que conocía al dedillo la historia de los seis invitados y de los seis invitados de los invitados, llegando incluso a sorprenderlos. Además, posee un manejo dramático que resulta muy emotivo al aire. También mantiene una relación dinámica y alegre con el público, destacando las rápidas y certeras tallas que saca bien a menudo. Cabe destacar que no cae en descalificaciones gratuitas y que se muestra cercano con toda la gente del set, desde los tramoyas hasta el director o el fotógrafo del canal.

En el aspecto técnico no se queda atrás. Cada vez que hay que grabar mensajes publicitarios se conecta rápidamente, improvisa de manera acertada y edita mentalmente las piezas. Propone soluciones acertadísimas y novedosas a la continuidad del programa. Muchas veces durante la grabación del programa se percató de problemas que nadie más de la producción identificó.

Mario Kreutzberger no se oculta tras Don Francisco. Durante la grabación, se acercó a los concursantes y les contó parte de su vida personal. Mencionó sus humildes orígenes, la historia de sus padres y tíos escapados de campos de concentración, su infancia en la calle Tocornal (en donde aseguraba que casa por medio era prostíbulo), los esfuerzos de su familia por progresar socialmente, su acceso a una casa en Ñuñoa con piscina, los esfuerzos de su padre por enviarlo a Estados Unidos a estudiar para ser técnico de modas y su relación con la televisión norteamericana, de la cual era un fanático y experto en los albores de los sesenta. Pudo justificar el hecho de que al volver a Chile fuera una de las personas que más sabía de televisión en el país, por el hecho de haberse expuesto con regularidad al medio durante su estadía estadounidense.

Tengo que reconocer que Don Francisco es el gran maestro de la televisión chilena y latinoamericana. Esto se debe a que impone seguridad con un carácter firme y con profesionalismo. Es una persona respetuosa, ponderada y esforzada, que llegó a donde está por mérito propio y constancia, ya que tras casi cuarenta y tantos años en pantalla no ha dejado nunca de ejercer su profesión con humildad y completa entrega. Es cierto que ha tenido caídas y que no siempre es tan virtuoso como lo he pintado, pero lo que merece ser destacado es su actitud por entregar a la gente un producto de calidad y honesto.

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Gatopardo v/s Etiqueta Negra

No cabe duda de que las dos revistas más influyentes en el ámbito de la crónica latinoamericana son la colombiana-mexicana Gatopardo y la peruana Etiqueta Negra. De ambas publicaciones, la primera aparece como la más conocida, tal vez porque fue pionera o porque está más masificada. Sin embargo, mi impresión es que la publicación de Julio Villanueva Chang se ha mantenido más fiel a la propuesta de Nuevo Periodismo, privilegiando crónicas independientes y novedosas, acompañadas de una impactante batería visual.

Me parece que Gatopardo se está vendiendo gradualmente al mainstream. Las últimas dos portadas figuran a íconos hollywoodenses, lo que se reafirma en el interior de la revista. También creo que no están utilizando bien los recursos visuales: hay páginas completas de puro texto, algo sumamente denso y difícil de digerir. Es innegable el hecho de que el uso de fotografías e ilustraciones llega más fácilmente al lector y sirve tanto para ilustrar el texto como para contar historias paralelas.

Yo no sé si el empobrecimiento de calidad de Gatopardo tiene algo que ver con el cambio de director. Tengo la sensación de que pasó algo de lo que no me enteré, algo así como la publicación de un manifiesto con la declaración de una nueva política editorial o un acto de censura por parte de la empresa editora. Todas son suposiciones. Lo que no es suposición es que las plumas y fotógrafos más reconocidos están publicando en Etiqueta Negra y no en Gatopardo. Por favor que alguien me diga qué fue lo que me perdí.

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